Giuseppe Garibaldi fue un destacado político y militar italiano que durante prácticamente toda su vida peleó en su patria y en otras partes del mundo, como ser Sudamérica, a favor de contiendas bélicas que tenían como misión lograr la autonomía y la libertad.
Pero además de por diferentes hombres de peso, Garibaldi, estuvo rodeado y secundado por una mujer de idénticas convicciones y valores, su esposa Ana Maria de Jesus Ribeiro da Silva, mejor conocida como Ana Garibaldi.
Ana nació el 30 de agosto del año 1821, en el municipio brasilero de Laguna, correspondiente al estado de Santa Catarina, Brasil, en el seno de una familia dedicada a la actividad ganadera.
Desde pequeña, Ana, ya dejaba vislumbrar a través de sus comportamientos y comentarios su inteligencia y un espíritu libre y comprometido con la libertad.
Cuando todavía era una adolescente, Ana, sufre la muerte de su padre y de varios de sus hermanos con lo cual y ante las exigencias de su madre, se casó muy joven, a la edad de quince años, con un empresario ganadero.
De todos modos, el matrimonio duraría lo que un suspiro ante los maltratos que el marido le propinaba a Ana.
En el año 1837, cuando Giuseppe Garibaldi se encontraba en el marco de la guerra de los harapos y tomó la ciudad de Laguna conocerá a Ana.
El flechazo entre ambos será inmediato y letal y hará que jamás se separen, aún más, ella terminará por convertirse en su solado más obediente, fiel y valiente.
Con muchísima hidalguía, Ana, pudo sortear una emboscada enemiga y sobrevivir varios días sin comer y tomar agua en un bosque, estando ya embarazada de su primer hijo.
Esta y otras tantas situaciones símiles dan cuenta del compromiso con la lucha de su esposo que siempre compartió y defendió Ana.
La pareja tendría en total cuatro hijos.
En el año 1845 el matrimonio sufre una enorme tragedia al fallecer su hija Rosa como consecuencia de una infección.
Esta situación sumiría a Ana en una profunda tristeza.
Hacia finales de la década del cuarenta, Ana, viaja con su esposo a Italia para luchar en la guerra italiana por la independencia.
Tras sufrir una derrota, Ana, cae enferma de fiebre tifoidea y fallece el 4 de agosto del año 1849.
Ana goza de una estima importantísima en su país, Brasil, situación que ha llevado a que reciba diversos honores como ser que su nombre denomine dos municipios brasileños sitos en Santa Catarina: Ana Garibaldi y Anitápolis.