- 12/06/1929
- 1934
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- 12/06/1942
- 14/06/1942
- 07/1942
- 04/08/1944
- 11/1944
- 02/1945
- Post Mortem
- 25/06/1947
- 1960
- 1980
Nació en Fráncfort del Meno en el seno de una familia judía. Si bien seguían las tradiciones judías no fueron ortodoxos. Tuvo una hermana, Margot, tres años mayor que ella. Su padre participó como teniente en el ejército alemán durante la Primera Guerra Mundial.
Se mudó a Holanda con su familia. La crisis económica, sumado al antisemitismo del gobierno nazi, movilizaron a los Frank a dejar Alemania y asentarse en la ciudad de Ámsterdam, en Países Bajos.
Su padre desarrolló allí un negocio de producción de pectina, una sustancia que se utiliza para preparar mermelada, al que luego le agregó la venta de especias y de hierbas.
Alemania invadió Polonia y se desató la Segunda Guerra Mundial.
Las tropas alemanas invadieron Países Bajos y en pocos días tomaron el control del país. Impusieron nuevas normas y modificaron otras con el objetivo de amedrentar a la comunidad judía; el objetivo fue complicarles la vida, trabar su desarrollo para finalmente destruirlos. Prohibieron que vayan al cine, a los parques y a los comercios, entre otras medidas.
De inmediato todo esto repercutió en el hogar judío de Ana. Su padre perdió el dominio sobre su empresa, porque el gobierno nazi les prohibió a los empresarios de origen judío manejar su propio negocio, y Ana y su hermana Margot debieron ir a una escuela exclusivamente para judíos.
Por otra parte, para identificarlos, se los obligó a usar la estrella de David y se los intimó a abandonar el país.
Recibió de regalo de cumpleaños un diario para escribir. Sus padres le permitieron elegirlo, tal fue su deseo.
Comenzó a escribir su diario íntimo, una actividad que ansiaba realizar.
Su hermana recibió una notificación para presentarse en un trabajo en Alemania, ello alertó a la familia respecto de su situación, y decidieron pasar a la clandestinidad.
En una casa ubicada detrás de la fábrica de su padre, en la calle Prinsengracht 263, que se conocería más tarde como “la casa de atrás”, se escondió junto a su familia.
Recibieron la ayuda de amigos, colaboradores y colegas de su padre, inclusive, ellos mismos les brindaron apoyo a otras personas.
Durante la obligada estadía en la casa de atrás continuó con mayor interés y fervor escribiendo su diario. Relató pormenorizadamente sus días allí, manifestó sentimientos y pensamientos, escribió cuentos y hasta transcribió a un cuaderno las “frases buenas” que la ayudaron a animar su estadía clandestina y a pasar más rápidamente el tiempo.
El ministro de educación de Holanda, convocó a los habitantes de Países Bajos que pudieran hacerlo, a guardar documentos y diarios de guerra, y entonces, Ana, que estaba escuchando al funcionario a través de Radio Orange, decidió reunir en un solo relato todos los diarios que escribió, con el título de La Casa de Atrás.
Fueron descubiertos y arrestados por la policía nazi. No había terminado de reescribir el diario. Fueron llevados a un campo de concentración.
Sus escritos fueron salvados antes que los nazis los destruyesen y pudieron trascender a la posteridad.
Los Frank fueron llevados primeramente a la oficina de la policía de seguridad alemana, luego pasaron por la cárcel de Ámsterdam, el campo transitorio de Westerbork, hasta recalar finalmente en el campo de concentración de Auschwitz-Birkenau.
La familia fue separada. Ana, su madre y hermana fueron llevadas a un campo de trabajo para mujeres, mientras que su padre fue enviado a un campamento de hombres.
Ana y su hermana son trasladadas a otro campo de concentración: Bergen-Belsen; sus padres permanecieron en Auschwitz.
Las condiciones de vida eran tan deplorables como en el otro campo: frío, hambre, enfermedades.
Murió en el campo de concentración de Bergen-Belsen, de fiebre tifoidea. Primero falleció su hermana, y a los pocos días ella.
El único sobreviviente fue su padre, quien en el camino de regreso a Países Bajos se enteró, primero, de la muerte de su esposa, y luego al llegar, de la de sus dos hijas.
Cuando su padre tomó contacto con el relato de Ana quedó impactado. Allí descubrió que su hija proyectaba ser escritora. Sus amigos lo convencieron y decidió publicar el diario.
Se publicó El Diario de Ana Frank, con una primera tirada de 3 mil ejemplares.
El libro fue un furor de ventas: se tradujo a 70 lenguas, inspiró películas y obras de teatro, entre otras producciones.
La Casa de Atrás se convirtió en museo.
Murió Otto Frank. Hasta su último día de vida estuvo comprometido con el manejo y la difusión de la historia de su familia, el museo y la casa.
También, se dedicó incansablemente a difundir un mensaje antisemita y antidiscriminatorio.