Cuando un individuo conoce de manera básica la escritura, puede leer y realizar sencillas operaciones matemáticas, se dice que esa persona está alfabetizada. Lo contrario es ser un analfabeto.
El acceso a la cultura y al conocimiento ha sido durante miles de años algo reservado a una minoría social, las clases dirigentes que podían adquirir conocimientos, ir a la escuela y disponer de libros. Durante siglos, los índices de alfabetización del conjunto del planeta han sido singularmente bajos. Este fenómeno ha ido cambiando gradualmente y en los países avanzados las tasas de analfabetismo son muy reducidas. Sin embargo, esto no quiere decir, que la alfabetización sea universal, ya que hay muchas zonas del mundo donde leer y escribir no está al alcance de la mayoría.
Fue a partir del siglo XlX cuando algunos países introdujeron medidas públicas para solucionar este problema. La principal actuación fue la escolarización obligatoria de toda la población infantil. Aunque este avance fue muy desigual, significó que se consideraba útil socialmente la adquisición de destrezas básicas para toda la población.
Cuando se analizan los datos y valores de un país, probablemente el más significativo sea el índice de alfabetización. Si este parámetro no se aproxima al 100% esto quiere decir que hay una problemática social considerable y que debe ser corregida.
Una de las dificultades teóricas de la alfabetización es, precisamente, ofrecer una correcta definición de lo que realmente es. Este aspecto es de suma importancia, porque saber leer y escribir en un contexto social determinado puede tener un significado distinto en otro contexto humano.
La alfabetización es generalmente un dato estadístico y no refleja algunas peculiaridades de este fenómeno. Por ejemplo, no se pone de relieve el nivel de alfabetización, ni tampoco su dimensión comparativa con respecto a otras naciones. Por otra parte, hay aspectos y matices que tampoco es fácil definirlos y cuantificarlos: el analfabetismo funcional ( no se entiende correctamente un texto sencillo ) o el analfabetismo tecnológico.
Algunos organismos internacionales consideran que la alfabetización generalizada es uno de los grandes retos de la humanidad. Se trata de una herramienta muy poderosa para reducir las diferencias sociales y económicas y, paralelamente, para consolidar un derecho fundamental, el derecho a la educación.