Comprender una palabra implica conocer su origen. En el caso que nos ocupa, afinidad viene del latín adfinitas, que hace referencia al límite o a la frontera de algo.
El sentido más común de afinidad es el que se emplea para mencionar lo que una persona comparte con otra o que varias personas comparten entre sí. En nuestras relaciones personales de cualquier índole nos juntamos con quienes tienen aficiones o gustos semejantes a los nuestros. Necesitamos crear algún tipo de unión con aquellos que tienen costumbres parecidas. Entre los que coinciden por algún motivo en sus opiniones o tendencias decimos que hay una afinidad; algo que les vincula. Una asociación es un colectivo de personas unidos por algo, tienen una afinidad entre sus miembros, que puede ser deseada (por ejemplo, una asociación cultural) o no deseada (una asociación de un grupo de personas con la misma enfermedad).
Afinidad se utiliza como sinónimo de semejanza. Así, hay una afinidad entre el tenis y el pádel, entre un balón y una pelota o entre dos palabras con el mismo significado. En estos casos, existe una similitud y un parecido significativo entre los dos elementos, aunque se trate de cosas diferentes.
Menos frecuente es el uso del término afinidad como parentesco. Se trata de las relaciones familiares indirectas, es decir, la familia política. Los suegros o los cuñados son afines. Este uso es escasamente utilizado, aunque totalmente correcto.
En la electricidad existe el fenómeno de la afinidad electrónica (denominada también electroafinidad). Es una propiedad de los átomos que forman parte de los elementos químicos y se manifiesta en los procesos de intercambio de energía. Algo similar ocurre en la química, ya que hay elementos que tienden a combinarse mejor con otros. Este fenómeno fue estudiado por primera vez en el siglo XVlll, recibiendo el nombre de afinidad química (un compuesto químico se forma por elementos afines y el caso más conocido es el del agua, formada por dos átomos de hidrógeno y uno de oxígeno).
Para describir las figuras geométricas con similares características (la isometría y la semejanza) también se utiliza el término afinidad, ya que hay formas que comparten una misma estructura.
La afinidad se manifiesta entre las personas que comparten inquietudes o circunstancias, en las palabras, en el parentesco, en la electrónica o en la química. Y existe igualmente lo contrario de la afinidad, es decir, la incompatibilidad o la discrepancia entre dos personas o más aspectos.